lunes, 9 de diciembre de 2013

TÉCNICAS DE DESMOVILIZACIÓN PSICOLÓGICA

TÉCNICAS DE DESMOVILIZACIÓN PSICOLÓGICA

DESMOVILIZACIÓN:                                                                                                                        
                                          “Una desmovilización es un período de descanso breve e informativo inmediatamente después de que el personal ha sido liberado de su tarea activa en la escena de un incidente traumático a gran escala; por ejemplo, un desastre y antes de que regresen a sus deberes rutinarios” (Astua y Segura, s.f.).

¿Para qué sirve?
  • Proveer información sobre el incidente y las reacciones del personal involucrado.
  • Suministrar información sobre las reacciones de tensión, el manejo del estrés y los servicios de apoyo disponibles.
  • Dar una oportunidad para descansar y comer antes de regresar a sus deberes rutinarios.
  • Mitigar el impacto del incidente.
  • Establecer expectativas positivas sobre el futuro.
  • Hacer una evaluación preliminar del bienestar del personal después del incidente y su necesidad de servicios de seguimiento.

¿Cómo y cuándo se deben hacer?

Según Astua y Segura (s.f.) la desmovilización consiste en dos segmentos principales:
  • El primer segmento consta de un período de 15 min., en el cual se brinda la información al personal para ayudarles a entender y manejar las posibles reacción de tensión.
  • El segundo segmento consta de un período  de 20 a 30 min., para comer y descansar antes de retornar a labores.

Para la desmovilización, el equipo de brigadistas se ubica en un círculo, para brindarse apoyo mutuamente. No se permite tomar notas.

La estructura de la desmovilización consiste en:
  • Una introducción del presentador.
  • Una breve descripción de que es una desmovilización.
  • Especificar que el tiempo de duración será de 10 a 15 min., y que el conocimiento adquirido será beneficioso.
  • Una plática de 10 a 15 min. Debe incluir:
  1. Una descripción de la naturaleza y el curso de las posibles reacciones de estrés que pueden acontecer después de un evento traumático.
  2. Enfatizar que los síntomas de estrés son normales bajo dichas circunstancias.
  3. Una descripción de los signos, síntomas de estrés comunes: cognitivos, físicos, emocionales y de comportamiento.
  4. Especificar los servicios de seguimiento que estarán disponibles.
  5. Motivar la participación para que quien tenga algún comentario que hacer o preguntar pueda hacerlo.
  6. Un resumen.
  • Distribución de materiales informativos.
  • Provisión de alimentos por 20 a 30 min. En otro cuarto.
  • Anuncios de personal de mayor experiencia y el retorno del personal a las tareas cotidianas.
  • Disponibilidad de los miembros de la Brigada de Primeros Auxilios Psicológicos una vez que culmine la desmovilización.
Se desarrolla bajo la consigna: “Nadie regresar a sus hogares o labores acostumbradas sin antes haber pasado por estas actividad” (Valero, s.f.).
¿Qué es el DEBRIEFING?

DEBRIEFING: “El Debriefing no es un reunión de crítica ni de poses de dureza emocional, sino es más bien una oportunidad, en la cual el trabajador del equipo de respuesta puede expresar sus emociones y sentimientos, y ser comprendido, manifiesta sus síntomas físicos y psicológicos que pueden estar sintiendo, aprende a reconocerlos como reacciones esperadas en estas circunstancias y se prepara para reintegrarse a la rutina diaria” (Valero, s.f.).

El Defriefing es un instrumento importante que ofrece alivio a la persona a la vez que le posibilita la exteriorizar y comparar sus ideas, recuerdos y emociones perturbadoras con las de otras personas, de modo tal que el sujeto víctima pueda comprenderlas y normalizarlas. 
La técnica consiste en una sola sesión con el objeto de hacer un análisis detallado del incidente y la recapitulación de las ideas, sentimientos, reacciones emocionales y de comportamiento que se manifestaron durante y después de los hechos.
La técnica permite que las personas involucradas expresen verbalmente su angustia y comprendan sus propias reacciones de estrés, de tal modo que no se refuerce en ellas, una interpretación equivocada sobre el evento.

Características de un buen debriefing (Flanagan 2008):

  • Había un espíritu de discusión en el grupo
  • Los facilitadores no hablaban demasiado y facilitaban la discusión más que “dar lecciones”
  • Todos en el grupo estaban involucrados en la discusión
  • Todos, incluyendo participantes “callados”, sentían que contribuían en un ambiente seguro
  • Los participantes más activos se manejaron cortésmente
  • La discusión se enfocó más en los intereses de los participantes más que en la agenda del facilitador
  • Los participantes aprendieron unos de otros: cuando una discusión relevante ayudo a promover el entendimiento inter-personal
  • Hubo un prefacio al video y se utilizó apropiadamente
  • Hubo una discusión a cerca de manejos efectivos e inefectivos. Los puntos de aprendizaje más importantes se clarificaron a todo el grupo.
  • Al final nadie estaba demasiado decepcionado de sí mismo
  • Todos los participantes aprendieron al menos una cosa a cerca de ellos mismos y/o la manera en que actúan y dejan la sesión inclinados a reflexionar en este nuevo aprendizaje de una manera continua con la intención de incorporar el aprendizaje en su actuar cotidiano

DEFUSING:

Según Parada (s.f.), el Defusing es un encuentro grupal y semiestructurado que tiene lugar tras finalizar un incidente crítico o trabajo efectuado respecto a él.  Busca facilitar oportunidades de ventilación, la reposición tras el incidente crítico y la motivación hacia el empleo proactivo de recursos psicológicos de afrontamiento.
Algunos temas que de manera recurrente suelen aparecer son: 
  • Exposición a peligros inesperados.
  • Contacto con cadáveres o restos humanos.
  • Reacciones de estrés agudo de supervivientes y afectados.
  • Encuentro con el sufrimiento de otros.
  • Trabajo errático y de gran desgaste.
  • Presión de tiempo.
  • Ambigüedad en la coordinación.
  • Elecciones transcendentales.
  • Fallos en las comunicaciones.
  • Condiciones climatológicas adversas.
  • Sobreidentificación con las víctimas.
  • Escasez o inadecuación de equipo de trabajo.


DEACTIVACIÓN:

      Astua y Segura (s.f.) definen la Deactivación como una estrategia para intervenir en un grupo pequeño estructurado de 6 a 8 personas que trabajan juntas y han sido expuestas a un evento traumático. Se trabaja con distintos grupos del personal de respuestas a emergencias.

Tales reuniones se hacen tan pronto como sea posible después de ocurrido un evento traumático y no más tarde de ocho horas después.
Los ejercicios de deactivación duran entre 20 a 60 min. y están destinados hacia el grupo de trabajo que fue más seriamente afectado.
Realizar el seguimiento es necesario para asegurar que el personal este manejando el estrés adecuadamente.
El lugar donde se lleve a cabo debe ser un ambiente privado, cómodo, libre de distracciones y lejos de la escena del incidente.

¿Para qué se utiliza?.                                                                                                                          
  • Proveer información sobre el incidente y las reacciones del personal.
  • Fortalecer la red social del grupo y reducir sentimiento de singularidad.
  • Establecer expectativas positivas sobre el futuro.
  • Evaluar el bienestar del personal involucrado para determinar la necesidad de servicios de seguimiento.


 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Astua, C. y Segura, G. (s.f.). Manual para la atención psicológica del equipo que atiende situaciones de desastre. Recuperado de:http://cidbimena.desastres.hn/docum/crid/Octubre2004/pdf/spa/doc15327/doc15327-contenido.pdf
Núñez, D. (2005). Primeros auxilios psicológicos y emocionales. Recuperado de: http://books.google.com.pe/books?id=2os_PpQEC10C&pg=PA67&dq=desmovilizacion+psicologica&hl=es-419&sa=X&ei=9Z6aUu7QC8GokQen7IGoBQ&ved=0CC4Q6AEwAA#v=onepage&q=desmovilizacion%20psicologica&f=false
Parada, E. (s.f.). Intervención psicológica inmediata con intervinientes. Recuperado de: http://campus.educalogos.net/Cursos/CFS_ELOGOS/Psicologia_Emergencias_Urgencias/teoria7.pdf
Valero, S. (s.f.). Psicología en emergencias y desastres. Lima: Editorial San Marcos.

Duelo y la intervencion psicológica en muerte masiva

EL DUELO Y LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN MUERTE MASIVA


El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.). 
Para poder resolver adecuadamente el proceso del duelo, de la muerte de un ser querido, es necesario e indispensable pasar por las siguientes fases de elaboración.

1.- ACEPTAR LA MUERTE DEL SER QUERIDO

Después de conocer la muerte de alguien importante en nuestras vidas, puede aparecer un sentimiento de incredulidad, algo dentro de nosotros que nos dice que es imposible que eso haya ocurrido, pero resulta tan fuerte que incluso aunque lo estemos viendo lo seguiremos negando.

Esto es un proceso que utiliza el cerebro para no sufrir. Cuando él estima que el dolor puede tener una intensidad superior a lo que se puede soportar, puede reaccionar de este modo. Otras formas de evitar ese dolor es provocando desvanecimientos en la persona, por eso, muchas veces, vemos como familiares y amigos se desmayan ante tanto dolor, porque no pueden soportarlos, es tal la amargura, el abatimiento, el dolor que su cuerpo reacciona de este modo.

2.- ASUMIR EL DESGASTE Y LAS EMOCIONES QUE ESA MUERTE GENERA.

La teoría, como casi siempre, puede resultar fácil pero la práctica no lo es tanto. En este momento de pérdida, se suele dejar de comer, de preocuparse por uno mismo y hay un abandono notorio de la persona que está sufriendo. Lo ideal es que nos hagamos una idea de las dimensiones que la tragedia nos está provocando, de este modo podremos tratar de controlarlas. Debemos asimilar el dolor y, para ello, lo mejor es expresarlo del mejor modo que podamos, hablando, llorando…porque si no terminará por consumirnos poco a poco.

3.- ADAPTARSE A LA AUSENCIA DEL SER QUERIDO, APRENDER A VIVIR SIN ÉL.

Tras un acontecimiento de esta índole, debemos darnos cuenta que le vida sigue, que no se para en ese fatídico día, por ello, debemos continuar nuestra rutina diaria de este modo sobrellevaremos el dolor. No podemos quedarnos estancados, debemos ser fuertes y, así aprenderemos a vivir con esta ausencia.

4.- INTERIORIZAR LA MUERTE COMO ALGO MÁS QUE FORMA PARTE DE NUESTRAS VIDAS Y, DE ESTE MODO, PODER REHACER NUESTRA VIDA.

Una vez asimilada la muerte y el hecho de que no volveremos a ver a esa persona, comenzaremos a vivir nuestra vida lo mejor posible, para ello, es recomendable estar activo, salir a la calle, distraernos, ocupar todo el tiempo posible del día.

Las actividades que realicemos cuanto más involucrados estemos mejores resultados nos darán.


clasificaciones

  • Duelo crónico. Pasa un año y la persona siente que nunca acaba. No termina de amoldarse a su nueva vida y sigue sin aceptar el dolor, la angustia o la ansiedad que siente al recordar la pérdida. La persona se detiene en alguna de las tareas descritas anteriormente sin llegar a su finalización.
  •  Duelo retrasado o pospuesto. Tras la pérdida la persona experimenta ciertas emociones, pero no todas las que existían, o con su verdadera intensidad y, pasado un tiempo, vuelve a experimentar una fuerte carga emocional ante algún acontecimiento que reabre la herida.
  •  Duelo exagerado: la persona se siente desbordada de dolor y trata de evadirse mediante ciertas conductas de evitación, como consumo excesivo de alcohol o drogas, centrarse obsesivamente en el trabajo, en salir o en cualquier conducta que le permita sobrellevar el dolor, lo cual puede llevar, en última instancia, a desarrollar algún trastorno psicopatológico, como problemas de ansiedad o depresión. Puede ser que la persona sea consciente de que hace todo esto para evitar el dolor que la pérdida implica, pero no sepa cómo afrontarlo.
  •  Duelo enmascarado: la persona presenta problemas físicos o realiza conductas que le causan dificultades, pero sin darse cuenta de que éstas tienen que ver con la pérdida no superada. Por ejemplo, puede experimentar síntomas físicos similares a los del fallecido antes de morir o desarrollar problemas psicopatológicos (ansiedad, trastornos alimentarios, etc.), sin ser consciente de que su malestar tiene que ver con el duelo no resuelto.

Es cuando se da este tipo de complicaciones cuando es precisa la intervención terapéutica, que ha de identificar las tareas que no se han realizado y ayudar a la persona para que pueda llevarlas a cabo. 


Consejos a tener en cuenta para la persona que ha perdido un ser querido:
  • Recordar que la aflicción es una emoción normal.
  • Participar en los rituales.
  • Reunirse con otros.
  • Cuando se pueda, hablar de ello. Se debe expresar las emociones y pensamientos. 
  • Hacer ejercicio.
  • Estar bien alimentado.
  • Unirse a un grupo de apoyo.
  • Expresar y liberar las emociones.
  • Crear un memorial o un tributo.
El duelo es el proceso natural que se sigue después de una pérdida significativa, bien sea una persona, una relación, un objeto, una situación, La pérdida es precisamente el desprendimiento de una persona, una relación, un objeto, o una situación.

DUELO Y PERDIDA ESTÁN DIRECTAMENTE RELACIONADOS

El duelo es un proceso que variara de acuerdo a la relevancia de la perdida, y por lo mismo será más o menos largo y más o menos doloroso según sea la capacidad de adaptación a la nueva situación.
Se sabe que se ha superado la perdida y completado el duelo cuando se es capaz de recordar aquello que se perdió sin sentir dolor y no causa ya sensación de vacío.
Como se menciono, la muerte es una de las formas más conocidas de pérdida, y el luto el inicio del proceso de duelo. Pero otra perdida muy frecuente es el divorcio, que también debe seguir un proceso de duelo. El empleo es una más de las perdidas frecuentes, y que si, también requiere un proceso de duelo.
El duelo puede pasar por varias etapas, según sea la pérdida, aunque hay generalidades que se pueden aplicar para casi cualquier pérdida. En el duelo se recomienda:
  • No guardarse los sentimientos. Es decir, no tragarse el dolor, el llanto, el miedo, o lo que sea que se esté sintiendo.
  • No recurrir al falso consuelo de las drogas, el alcohol, o la autoprescripción. Al contrario, solo lo pueden empeorar todo.
  • No es recomendable tomar decisiones importantes. Es mejor dejarlas para después, cuando el dolor esté cediendo.
  • Hay que mirar al futuro. La perdida actual no significa que la vida haya terminado.
  • No hay que rechazar el apoyo de los demás. Por ejemplo, si la pérdida fue del empleo y la situación económica lo requiere no hay que negarse a recibir ayuda de los demás.
  • Paciencia. Para sí mismo. Para los demás. Y más cuando hay personas que no entienden el proceso de duelo y pueden hacer recomendaciones que no sean las mejores.
  • Descansar. Si hay la oportunidad, divertirse.
  • Hay que ayudar a superar la perdida y terminar el duelo. No hay que dejarse caer y permanecer encadenado al pasado.
  • Cuando el duelo se prolonga más de lo recomendable, según sea la situación, hay que tener cuidado. Puede ser el inicio de la depresión.

¿SE PUEDE AYUDAR A ALGUIEN PASANDO POR UN PROCESO DE DUELO?

Ayudar a alguien que vive un proceso de duelo, no solo en el luto, puede ser difícil, pero no es imposible. Al contrario, es cuando más apoyo puede necesitar una persona.

Dependiendo de la perdida que se haya vivido, dependerá de lo recomendable para ayudar a la persona. Sin embargo, al igual que en el duelo, hay algunas recomendaciones generales que se pueden hacer:
  • No hace falta hablar. Puede ser mucho más recomendable tener disposición a escuchar. Las frases hechas puede que no sirvan de nada.
  • A una persona que está pasando por un proceso de duelo no hace falta animarlos o tranquilizarlos. Nuevamente, lo recomendable es más bien tener la disposición a escuchar.
  • Como parte de la disposición a escuchar es necesario dejar que quien está en duelo se desahogue. Esto implica respetar su llanto, dejar que hable, e incluso tener paciencia si se enoja y expresa su ira o su tristeza.
  • El contacto es importante. No basta una sola visita y ya. Una llamada por teléfono, un correo electrónico, puede ayudar a encontrar consuelo y que quien vive duelo lo supere.
  • En casos más drásticos es posible que el duelo no se pueda superar por los propios recursos ni aun con el apoyo de la familia. En esos casos es recomendable buscar ayuda profesional. 

Intervención psicológica ante los procesos de pérdida, muerte y duelo

Módulo de intervención en situaciones de emergencia y desastres.

Variará en función de los requerimientos del suceso concreto.
- La intervención comienza desde el momento en que se recibe la demanda a instancias del usuario o derivación de cualquier servicio.
- La intervención se realizará en el despacho, en la casa del afectado o en cualquier otro lugar que por las circunstancia se considere apropiado.
- La intervención y seguimiento puede prolongarse durante un periodo variable de tiempo sin que cronifique el servicio, contemplando la coordinación y/o derivación al sistema sanitario.

Es conveniente que las personas que han sufrido pérdidas, desde materiales hasta de seres queridos, tengan la oportunidad de conversar sobre sus vivencias y sentimientos. Los agentes comunitarios pueden brindar ayuda importante a las personas en este tipo de situaciones.

Entrevista general de duelo
Utilizando la propuesta de Barreto y Soler (2007) para la elaboración personal del duelo, hemos modificado y adaptado este cuestionario biográfico elaborando una entrevista semiestructurada que recoge todas las áreas importantes a evaluar en el Duelo. A continuación se presenta un resumen de estas áreas (cuadro 3) adjuntando en el anexo 4 la entrevista completa. En esta se dan instrucciones para su realización, entendiendo que a la hora de evaluar a una persona en duelo hemos de ser flexibles y dar el tiempo que sea necesario, sobre todo en los primeros contactos. Por esta razón el número de sesiones puede ser flexible (entre 1 y 3 sesiones). Se recomienda iniciarla con una pregunta general referida a cada apartado, para lo que se recomienda utilizar la primera que se presenta, pudiendo completar la información bien a posteriori o bien en otra sesión. Posiblemente nos encontremos con información que ya tenemos recogida anteriormente.

Algunos parámetros que se siguen son los siguientes:

Los principios de la intervención en crisis, especialmente los que se refieren al contacto psicológico, son validos en estos casos.
  • Se reviven con la persona las circunstancias de la muerte del ser querido, asi como la necesidad de que celebre el funeral de acuerdo con sus creencias religiosas y costumbres culturales.
  • Se permite a la persona que hable sobre el ser querido que falleció, mediante recuerdos, relaciones, significado de la persona, etc.
  • Se escucha con una actitud de paciencia para escuchar varias veces el mismo relato, así como de tolerancia al llanto y la queja.
  • Si el cuerpo de la persona desaparecida no se ha encontrado, puede presentarse la angustia por la búsqueda, lo cual lleva al doliente a buscar en los escombros de forma reiterada. Ante esto se recomienda tolerancia, dado que es un proceso de aceptación mas lento que en los procesos de duelo en donde aparece el cuerpo.
  • Se debe estar preparado para enfrentar el síndrome del sobreviviente, que consiste en la vivencia de imágenes de muerte, recuerdos, impresiones, ansiedad, culpa por estar vivo, depresión y aislamiento.
  • La meta no es eliminar el duelo, sino llevar a la aceptación y resolución de este.
  • Dejar hablar y escuchar empáticamente
  • Estimular el desahogo de emociones.
  • Estimular  la despedida y el cierre.
Duelo patológico: Realización de asistencia psicológica individual y/o familiar para elaborar el proceso de duelo y asumir el fallecimiento del ser querido a fin de que, pasado un periodo de tiempo prudencial, no interfieran en la vida de la persona.
Duelo en niños: Intervención psicológica con las familias para ayudarles a comunicarles la pérdida del ser querido y tratamiento psicológico cuando ésta no se asume.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

sábado, 16 de noviembre de 2013

Primeros Auxilios Psicológicos

¿QUE HACER ANTE UNA EMERGENCIA?

La técnica de los Primeros Auxilios Psicológicos en casos de catástrofes fue preparada por la Asociación de Psiquiatría Americana (APA), su traducción adaptación la realizo el Dr. Baltasar Caravedo y publicado por la revista militar del Perú en 1972, sus principios continúan vigentes motivo por el cual lo
presentamos en esta publicación como una técnica aleatoria o de reforzamiento a la de la primera ayuda.


Cuatro Tipos de Reacciones Frente a los Desastres:
El manual de la APA menciona que básicamente se pueden presentar cuatro tipos de respuestas individuales a los desastres:
A) Reacciones normales a los desastres.
Algunas personas son capaces de mantenerse notablemente calmadas aún en las circunstancias más extremas; sin embargo, la mayoría de nosotros empezamos a sentir los efectos del Síndrome General de Adaptación (sudoración profusa, temblores, debilidad, estados nauseosos) por un momento y la claridad del pensamiento puede ser difícil. Afortunadamente muchos de nosotros podemos recuperar nuestra compostura bastante bien. Sería engañoso clasificar como anormales estos estados naturales y transitorios.
B) Reacciones paralizantes.
Se puede esperar también encontrar personas que por un tiempo se queden paralizadas, pueden quedarse paradas o sentadas en medio del caos, como si estuvieran solas en el mundo, su mirada estará perdida, cuando se les habla no podrán responder a todo o simplemente se encogerán de hombros o pronunciarán una o dos palabras, parecen libres de reacción emocional, son incapaces de ayudarse.
C) Reacciones hiperactivas.
Estas personas pueden estallar en ráfagas de actividad, sin un propósito definido, hablarán rápidamente, bromearán en forma inadecuada y harán sugerencias y demandas inaceptables, pero de poco valor real, pasarán de un trabajo a otro y parecerán incapaces de resistir la más mínima distracción, se muestran intolerantes a cualquier idea que no sea la suya.
D) Reacciones corporales.
Algunas reacciones corporales han sido ya mencionadas como respuestas temporalmente normales,
aunque estos síntomas normales son algo molestos mientras dura, generalmente no interfieren seriamente con la habilidad de la persona para llevar adelante una actividad constructiva en una situación difícil, algunas de estas reacciones, especialmente la debilidad, el temblor, el llanto, pueden no aparecer hasta después de que una persona ha enfrentado y superado efectivamente el peligro inmediato.

Las reacciones corporales mas serias pueden sin embargo incapacitar verdaderamente y es importante reconocer su significado emocional, las náuseas y el vómito son particularmente comunes, estas reacciones se deben de diferenciar de las producidas por radiaciones o contaminaciones químicas.

Otro tipo de incapacidad física es lo que técnicamente llamamos “histeria de conversión”, la persona convierte su gran ansiedad en una creencia vehemente de que alguna parte de su cuerpo ha dejado de funcionar, para todos los propósitos prácticos pueden ser incapaz de ver, oír o hablar.

Cuatro Principios Básicos de los Primeros Auxilios Psicológicos:


A) Acepte el derecho de toda persona a tener sus propios sentimientos.

No culpe o ridiculice a una persona por sentirse como lo hace, su tarea es ayudarle a superar su sentimiento, no decirle como debe sentirse. Si usted se detiene a pensar en sus propios sentimientos, se dará cuenta de cómo es imposible para los seres humanos el hacer una selección consciente de sus sentimientos más profundos.
Tenga presente que sin embargo la posición de otra persona puede ser similar a la propia, pero cada persona ha tenido ciertas experiencias únicas que pueden afectar fuertemente sus sentimientos en relación con los sucesos subsecuentes en sus vidas.


B) Acepte las limitaciones del accidentado como reales.

Cuando el muslo de un hombre esta destrozado, nadie espera (incluyendo el paciente) que pueda caminar por un tiempo. Cuando la capacidad del hombre para superar sus sentimientos está hecha pedazos, muchos (incluyendo el paciente) se inclinan a esperar que él vuelva a actuar normalmente, casi de inmediato. “Todo está en su mente”, “Deshágase de ello”, “Recupérese”. Tales tipos de consejos no tienen lugar en los primeros auxilios psicológicos, los sentimientos de incompetencia son reales y a menudo incapacitantes; por ello su tarea será ayudarlos a recuperarse tan efectivamente y rápidamente como puedan, esto se consigue aceptando sus limitaciones y ayudándolos a redescubrir rápidamente algunos de los recursos que ellos pueden utilizar de inmediato.


C) Mida las posibilidades del accidentado en forma tan exacta y rápida como sea posible.

Mientras usted se da cuenta de las limitaciones de una persona perturbada, usted estará atento de las habilidades y otros recursos que pueda utilizar y reavivar, una persona muy trastornada puede fácilmente hacerle olvidar que podría ser de verdadera ayuda para usted tanto como para sí mismo y que usted puede ayudarlo a iniciar el camino hacia la reorganización de su mundo. Averigüe con tacto que fue lo que sucedió, permítale responder de su propio modo.
Usted no puede dejarlo divagar interminablemente, ofrecerle un par de minutos en los cuales él pueda hablar libremente de sus propias experiencias le mitigarán notablemente algunos de sus sentimientos de desesperanza e impotencia. Averigüe si el herido se preocupa particularmente de sus familiares o amigos, dele tan honestamente como pueda una información acerca de donde, cuándo y cómo puede él razonablemente esperar tener contacto con aquellos que le son queridos.

Si él está demasiado deprimido para hablar fácilmente una exposición de lo que puede haberle sucedido (basado en su conocimiento general del desastre) puede acrecentar su confianza en usted, hasta el punto de que él pueda hablarle un poco.

Preguntas breves acerca de su ocupación normal pueden darle a usted algunas pistas sobre sus habilidades e interés básico, para muchas personas que están anonadadas emocionalmente el trabajo que pueda hacerse en forma automática y rutinaria podría ser el primer paso que los haga volver hacia la normalidad efectiva.


D) Acepte sus limitaciones al ayudar a otras personas.

No trate de ser todo para las personas, habrá mucho de lo que usted quisiera hacer en un desastre y que está mas allá de sus de sus fuerzas y habilidades. Usted no puede ser de todo para todas las victimas. Consecuentemente, usted debe establecer un orden de prioridades en su pensamiento, acerca de lo que puede permitirse acometer por sí mismo.
Su primera responsabilidad será cualquier trabajo de emergencia que le hayan asignado previamente.
Una razonable y sincera apreciación de sí mismo es parte muy importante de su preparación para prestar primeros auxilios psicológicos. Un trabajador de primeros auxilios físicamente herido puede continuar haciendo un buen trabajo curando las heridas de los accidentados. Pero sí está “emocionalmente herido” tendrá grandes limitaciones para proveer ayuda a otros.

Clasificación de las Victimas en Situaciones de Desastres:
Los autores tratan de aclarar este dilema clasificando a las víctimas en seis ampliar categorías, dependiendo de su relación directa o indirecta con el desastre, de esta manera tenemos los siguientes:
- Víctima de 1° Grado; aquellas que sufren el impacto directo del desastre.

- Victima de 2° Grado; los familiares directos de las de primer grado.

- Victima de 3° Grado; los integrantes de los equipos de primeras respuestas.
- Victima de 4° Grado; la comunidad envuelta en el desastre.
- Victima de 5° Grado; aquellas que se ven implicada por conocer el suceso.
- Victima de 6° Grado; aquellas que no se encontraban en el lugar del impacto del desastre por
motivo de viaje.

Qué hacer y Qué No hacer durante la intervención en crisis:

A) Que hacer:

- Desarrollar el sentido de escucha-responsable. Escuchar atentamente, sintetizando brevemente los      sentimientos del afectado. Hágalo sentir que usted lo entiende y comprende por lo que esta pasando, esto    es la empatía.
- Ser cortés, honesto y transparente; ganarse la confianza y cooperación del afectado.
- Ser realista y objetivo.
- Favorecer la dignidad y libertad para que las víctimas trabajen en sus problemas.
- Favorecer la confianza y seguridad.
- Estar alerta sobre las oportunidades de dar énfasis a las cualidades y fuerzas de la persona.
- Aceptar el derecho de los afectados de sentirse así.
- Realice preguntas saludables y efectivas.
- Pida una retroalimentación para ver si está usted comprendiendo.

B) Reglas del NO:

- No ofrecer algo que no pueda cumplir.
- No le tenga miedo al silencio, ofrezca tiempo para pensar y sentir.
- No se sienta inútil o frustrado. Usted es importante y lo que está haciendo vale la pena.
- No muestre ansiedad ya que ésta puede ser fácilmente transmitida a los afectados.
- No ofrezca respuesta, más bien facilite la reflexión.
- No permita que el enojo u hostilidad de la persona lo afecte.
- No los presione a hablar de Dios, sea comprensivo con las creencias religiosas.
- No tenga miedo de admitir que el afectado necesita más ayuda de la que usted le pueda brindar. Puede referirlo a profesionales especializados (Psicólogos)
- No permita que las personas se concentren únicamente en los aspectos negativos de la situación.
- No muestre demasiada lástima o paternalismo. Tampoco se exprese de manera autoritaria o impositiva.    Busque un punto intermedio entre estas dos posiciones.
- No espere que la victima funcione normalmente de inmediato.
- No confronte a una persona en crisis si este se va asentir amenazado.
- No insista con preguntas más allá del punto en que la persona no desea hablar.
- No trate de interpretar las motivaciones ocultas de un comportamiento.
- No moralice o sermonee.
- No intente progresar demasiado rápido en el proceso de intervención en crisis.
- No considere de manera superficial las amenazas de suicidio u homicidio.
- No aliente a alguien a hacer algo que en realidad no quiere hacer.

Principios técnicos utilizados en los Primeros Auxilios Psicológicos:

- Escucha responsable: escuchar atentamente y cuidadosamente.
- Permitir la libre expresión de la persona, en primer término.
- Transmitir la necesidad de aceptar lo ocurrido, pues ya no se puede modificar.
- En un segundo momento, realizar una conversación limitada y lo mas abierta posible. No excederse
en un “interrogatorio fiscal”.
- Realizar resúmenes periódicos de la exposición de la persona: organización del pensamiento.
- Proveer información.
- Orientar en lo necesario pero evitando los “Consejos Directivos”
- Aceptación de las personas tal y como son, respetando su dignidad y sus derechos.
- Empatía, que significa ponerse en el lugar del otro, comprender lo que le está sucediendo.
- Crear una atmósfera cálida y humana alrededor de la víctima.
- Posibilidad de desarrollar reuniones grupales con diversas personas que pasaron por lo mismo.
- Desarrollo de actividades para el manejo del estrés.

Para poder cconcluir on la informacion brindada, tenemos que tener en cuenta que lo principal es transmitir a la persona que no esta sola, es decir BRINDARLE ESA COMPRENSION Y ESCUCHA que necesita, evitar revictimisar es decir NO MOSTRAR LASTIMA , pues el afectado es uan persona que TIENE CAPACIDADES Y QUE LUEGO DE ESE MOMENTO PUEDE SALIR ADELANTE. 

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS: 
Rivera M., Gary M. Guía practica: “primeros auxilios psicológicos”. Recuperado de : extension.uned.es/archivos_publicos/webex.../adversidadbg2.pdf