lunes, 9 de diciembre de 2013

Duelo y la intervencion psicológica en muerte masiva

EL DUELO Y LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN MUERTE MASIVA


El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.). 
Para poder resolver adecuadamente el proceso del duelo, de la muerte de un ser querido, es necesario e indispensable pasar por las siguientes fases de elaboración.

1.- ACEPTAR LA MUERTE DEL SER QUERIDO

Después de conocer la muerte de alguien importante en nuestras vidas, puede aparecer un sentimiento de incredulidad, algo dentro de nosotros que nos dice que es imposible que eso haya ocurrido, pero resulta tan fuerte que incluso aunque lo estemos viendo lo seguiremos negando.

Esto es un proceso que utiliza el cerebro para no sufrir. Cuando él estima que el dolor puede tener una intensidad superior a lo que se puede soportar, puede reaccionar de este modo. Otras formas de evitar ese dolor es provocando desvanecimientos en la persona, por eso, muchas veces, vemos como familiares y amigos se desmayan ante tanto dolor, porque no pueden soportarlos, es tal la amargura, el abatimiento, el dolor que su cuerpo reacciona de este modo.

2.- ASUMIR EL DESGASTE Y LAS EMOCIONES QUE ESA MUERTE GENERA.

La teoría, como casi siempre, puede resultar fácil pero la práctica no lo es tanto. En este momento de pérdida, se suele dejar de comer, de preocuparse por uno mismo y hay un abandono notorio de la persona que está sufriendo. Lo ideal es que nos hagamos una idea de las dimensiones que la tragedia nos está provocando, de este modo podremos tratar de controlarlas. Debemos asimilar el dolor y, para ello, lo mejor es expresarlo del mejor modo que podamos, hablando, llorando…porque si no terminará por consumirnos poco a poco.

3.- ADAPTARSE A LA AUSENCIA DEL SER QUERIDO, APRENDER A VIVIR SIN ÉL.

Tras un acontecimiento de esta índole, debemos darnos cuenta que le vida sigue, que no se para en ese fatídico día, por ello, debemos continuar nuestra rutina diaria de este modo sobrellevaremos el dolor. No podemos quedarnos estancados, debemos ser fuertes y, así aprenderemos a vivir con esta ausencia.

4.- INTERIORIZAR LA MUERTE COMO ALGO MÁS QUE FORMA PARTE DE NUESTRAS VIDAS Y, DE ESTE MODO, PODER REHACER NUESTRA VIDA.

Una vez asimilada la muerte y el hecho de que no volveremos a ver a esa persona, comenzaremos a vivir nuestra vida lo mejor posible, para ello, es recomendable estar activo, salir a la calle, distraernos, ocupar todo el tiempo posible del día.

Las actividades que realicemos cuanto más involucrados estemos mejores resultados nos darán.


clasificaciones

  • Duelo crónico. Pasa un año y la persona siente que nunca acaba. No termina de amoldarse a su nueva vida y sigue sin aceptar el dolor, la angustia o la ansiedad que siente al recordar la pérdida. La persona se detiene en alguna de las tareas descritas anteriormente sin llegar a su finalización.
  •  Duelo retrasado o pospuesto. Tras la pérdida la persona experimenta ciertas emociones, pero no todas las que existían, o con su verdadera intensidad y, pasado un tiempo, vuelve a experimentar una fuerte carga emocional ante algún acontecimiento que reabre la herida.
  •  Duelo exagerado: la persona se siente desbordada de dolor y trata de evadirse mediante ciertas conductas de evitación, como consumo excesivo de alcohol o drogas, centrarse obsesivamente en el trabajo, en salir o en cualquier conducta que le permita sobrellevar el dolor, lo cual puede llevar, en última instancia, a desarrollar algún trastorno psicopatológico, como problemas de ansiedad o depresión. Puede ser que la persona sea consciente de que hace todo esto para evitar el dolor que la pérdida implica, pero no sepa cómo afrontarlo.
  •  Duelo enmascarado: la persona presenta problemas físicos o realiza conductas que le causan dificultades, pero sin darse cuenta de que éstas tienen que ver con la pérdida no superada. Por ejemplo, puede experimentar síntomas físicos similares a los del fallecido antes de morir o desarrollar problemas psicopatológicos (ansiedad, trastornos alimentarios, etc.), sin ser consciente de que su malestar tiene que ver con el duelo no resuelto.

Es cuando se da este tipo de complicaciones cuando es precisa la intervención terapéutica, que ha de identificar las tareas que no se han realizado y ayudar a la persona para que pueda llevarlas a cabo. 


Consejos a tener en cuenta para la persona que ha perdido un ser querido:
  • Recordar que la aflicción es una emoción normal.
  • Participar en los rituales.
  • Reunirse con otros.
  • Cuando se pueda, hablar de ello. Se debe expresar las emociones y pensamientos. 
  • Hacer ejercicio.
  • Estar bien alimentado.
  • Unirse a un grupo de apoyo.
  • Expresar y liberar las emociones.
  • Crear un memorial o un tributo.
El duelo es el proceso natural que se sigue después de una pérdida significativa, bien sea una persona, una relación, un objeto, una situación, La pérdida es precisamente el desprendimiento de una persona, una relación, un objeto, o una situación.

DUELO Y PERDIDA ESTÁN DIRECTAMENTE RELACIONADOS

El duelo es un proceso que variara de acuerdo a la relevancia de la perdida, y por lo mismo será más o menos largo y más o menos doloroso según sea la capacidad de adaptación a la nueva situación.
Se sabe que se ha superado la perdida y completado el duelo cuando se es capaz de recordar aquello que se perdió sin sentir dolor y no causa ya sensación de vacío.
Como se menciono, la muerte es una de las formas más conocidas de pérdida, y el luto el inicio del proceso de duelo. Pero otra perdida muy frecuente es el divorcio, que también debe seguir un proceso de duelo. El empleo es una más de las perdidas frecuentes, y que si, también requiere un proceso de duelo.
El duelo puede pasar por varias etapas, según sea la pérdida, aunque hay generalidades que se pueden aplicar para casi cualquier pérdida. En el duelo se recomienda:
  • No guardarse los sentimientos. Es decir, no tragarse el dolor, el llanto, el miedo, o lo que sea que se esté sintiendo.
  • No recurrir al falso consuelo de las drogas, el alcohol, o la autoprescripción. Al contrario, solo lo pueden empeorar todo.
  • No es recomendable tomar decisiones importantes. Es mejor dejarlas para después, cuando el dolor esté cediendo.
  • Hay que mirar al futuro. La perdida actual no significa que la vida haya terminado.
  • No hay que rechazar el apoyo de los demás. Por ejemplo, si la pérdida fue del empleo y la situación económica lo requiere no hay que negarse a recibir ayuda de los demás.
  • Paciencia. Para sí mismo. Para los demás. Y más cuando hay personas que no entienden el proceso de duelo y pueden hacer recomendaciones que no sean las mejores.
  • Descansar. Si hay la oportunidad, divertirse.
  • Hay que ayudar a superar la perdida y terminar el duelo. No hay que dejarse caer y permanecer encadenado al pasado.
  • Cuando el duelo se prolonga más de lo recomendable, según sea la situación, hay que tener cuidado. Puede ser el inicio de la depresión.

¿SE PUEDE AYUDAR A ALGUIEN PASANDO POR UN PROCESO DE DUELO?

Ayudar a alguien que vive un proceso de duelo, no solo en el luto, puede ser difícil, pero no es imposible. Al contrario, es cuando más apoyo puede necesitar una persona.

Dependiendo de la perdida que se haya vivido, dependerá de lo recomendable para ayudar a la persona. Sin embargo, al igual que en el duelo, hay algunas recomendaciones generales que se pueden hacer:
  • No hace falta hablar. Puede ser mucho más recomendable tener disposición a escuchar. Las frases hechas puede que no sirvan de nada.
  • A una persona que está pasando por un proceso de duelo no hace falta animarlos o tranquilizarlos. Nuevamente, lo recomendable es más bien tener la disposición a escuchar.
  • Como parte de la disposición a escuchar es necesario dejar que quien está en duelo se desahogue. Esto implica respetar su llanto, dejar que hable, e incluso tener paciencia si se enoja y expresa su ira o su tristeza.
  • El contacto es importante. No basta una sola visita y ya. Una llamada por teléfono, un correo electrónico, puede ayudar a encontrar consuelo y que quien vive duelo lo supere.
  • En casos más drásticos es posible que el duelo no se pueda superar por los propios recursos ni aun con el apoyo de la familia. En esos casos es recomendable buscar ayuda profesional. 

Intervención psicológica ante los procesos de pérdida, muerte y duelo

Módulo de intervención en situaciones de emergencia y desastres.

Variará en función de los requerimientos del suceso concreto.
- La intervención comienza desde el momento en que se recibe la demanda a instancias del usuario o derivación de cualquier servicio.
- La intervención se realizará en el despacho, en la casa del afectado o en cualquier otro lugar que por las circunstancia se considere apropiado.
- La intervención y seguimiento puede prolongarse durante un periodo variable de tiempo sin que cronifique el servicio, contemplando la coordinación y/o derivación al sistema sanitario.

Es conveniente que las personas que han sufrido pérdidas, desde materiales hasta de seres queridos, tengan la oportunidad de conversar sobre sus vivencias y sentimientos. Los agentes comunitarios pueden brindar ayuda importante a las personas en este tipo de situaciones.

Entrevista general de duelo
Utilizando la propuesta de Barreto y Soler (2007) para la elaboración personal del duelo, hemos modificado y adaptado este cuestionario biográfico elaborando una entrevista semiestructurada que recoge todas las áreas importantes a evaluar en el Duelo. A continuación se presenta un resumen de estas áreas (cuadro 3) adjuntando en el anexo 4 la entrevista completa. En esta se dan instrucciones para su realización, entendiendo que a la hora de evaluar a una persona en duelo hemos de ser flexibles y dar el tiempo que sea necesario, sobre todo en los primeros contactos. Por esta razón el número de sesiones puede ser flexible (entre 1 y 3 sesiones). Se recomienda iniciarla con una pregunta general referida a cada apartado, para lo que se recomienda utilizar la primera que se presenta, pudiendo completar la información bien a posteriori o bien en otra sesión. Posiblemente nos encontremos con información que ya tenemos recogida anteriormente.

Algunos parámetros que se siguen son los siguientes:

Los principios de la intervención en crisis, especialmente los que se refieren al contacto psicológico, son validos en estos casos.
  • Se reviven con la persona las circunstancias de la muerte del ser querido, asi como la necesidad de que celebre el funeral de acuerdo con sus creencias religiosas y costumbres culturales.
  • Se permite a la persona que hable sobre el ser querido que falleció, mediante recuerdos, relaciones, significado de la persona, etc.
  • Se escucha con una actitud de paciencia para escuchar varias veces el mismo relato, así como de tolerancia al llanto y la queja.
  • Si el cuerpo de la persona desaparecida no se ha encontrado, puede presentarse la angustia por la búsqueda, lo cual lleva al doliente a buscar en los escombros de forma reiterada. Ante esto se recomienda tolerancia, dado que es un proceso de aceptación mas lento que en los procesos de duelo en donde aparece el cuerpo.
  • Se debe estar preparado para enfrentar el síndrome del sobreviviente, que consiste en la vivencia de imágenes de muerte, recuerdos, impresiones, ansiedad, culpa por estar vivo, depresión y aislamiento.
  • La meta no es eliminar el duelo, sino llevar a la aceptación y resolución de este.
  • Dejar hablar y escuchar empáticamente
  • Estimular el desahogo de emociones.
  • Estimular  la despedida y el cierre.
Duelo patológico: Realización de asistencia psicológica individual y/o familiar para elaborar el proceso de duelo y asumir el fallecimiento del ser querido a fin de que, pasado un periodo de tiempo prudencial, no interfieran en la vida de la persona.
Duelo en niños: Intervención psicológica con las familias para ayudarles a comunicarles la pérdida del ser querido y tratamiento psicológico cuando ésta no se asume.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

No hay comentarios.:

Publicar un comentario