sábado, 16 de noviembre de 2013

Primeros Auxilios Psicológicos

¿QUE HACER ANTE UNA EMERGENCIA?

La técnica de los Primeros Auxilios Psicológicos en casos de catástrofes fue preparada por la Asociación de Psiquiatría Americana (APA), su traducción adaptación la realizo el Dr. Baltasar Caravedo y publicado por la revista militar del Perú en 1972, sus principios continúan vigentes motivo por el cual lo
presentamos en esta publicación como una técnica aleatoria o de reforzamiento a la de la primera ayuda.


Cuatro Tipos de Reacciones Frente a los Desastres:
El manual de la APA menciona que básicamente se pueden presentar cuatro tipos de respuestas individuales a los desastres:
A) Reacciones normales a los desastres.
Algunas personas son capaces de mantenerse notablemente calmadas aún en las circunstancias más extremas; sin embargo, la mayoría de nosotros empezamos a sentir los efectos del Síndrome General de Adaptación (sudoración profusa, temblores, debilidad, estados nauseosos) por un momento y la claridad del pensamiento puede ser difícil. Afortunadamente muchos de nosotros podemos recuperar nuestra compostura bastante bien. Sería engañoso clasificar como anormales estos estados naturales y transitorios.
B) Reacciones paralizantes.
Se puede esperar también encontrar personas que por un tiempo se queden paralizadas, pueden quedarse paradas o sentadas en medio del caos, como si estuvieran solas en el mundo, su mirada estará perdida, cuando se les habla no podrán responder a todo o simplemente se encogerán de hombros o pronunciarán una o dos palabras, parecen libres de reacción emocional, son incapaces de ayudarse.
C) Reacciones hiperactivas.
Estas personas pueden estallar en ráfagas de actividad, sin un propósito definido, hablarán rápidamente, bromearán en forma inadecuada y harán sugerencias y demandas inaceptables, pero de poco valor real, pasarán de un trabajo a otro y parecerán incapaces de resistir la más mínima distracción, se muestran intolerantes a cualquier idea que no sea la suya.
D) Reacciones corporales.
Algunas reacciones corporales han sido ya mencionadas como respuestas temporalmente normales,
aunque estos síntomas normales son algo molestos mientras dura, generalmente no interfieren seriamente con la habilidad de la persona para llevar adelante una actividad constructiva en una situación difícil, algunas de estas reacciones, especialmente la debilidad, el temblor, el llanto, pueden no aparecer hasta después de que una persona ha enfrentado y superado efectivamente el peligro inmediato.

Las reacciones corporales mas serias pueden sin embargo incapacitar verdaderamente y es importante reconocer su significado emocional, las náuseas y el vómito son particularmente comunes, estas reacciones se deben de diferenciar de las producidas por radiaciones o contaminaciones químicas.

Otro tipo de incapacidad física es lo que técnicamente llamamos “histeria de conversión”, la persona convierte su gran ansiedad en una creencia vehemente de que alguna parte de su cuerpo ha dejado de funcionar, para todos los propósitos prácticos pueden ser incapaz de ver, oír o hablar.

Cuatro Principios Básicos de los Primeros Auxilios Psicológicos:


A) Acepte el derecho de toda persona a tener sus propios sentimientos.

No culpe o ridiculice a una persona por sentirse como lo hace, su tarea es ayudarle a superar su sentimiento, no decirle como debe sentirse. Si usted se detiene a pensar en sus propios sentimientos, se dará cuenta de cómo es imposible para los seres humanos el hacer una selección consciente de sus sentimientos más profundos.
Tenga presente que sin embargo la posición de otra persona puede ser similar a la propia, pero cada persona ha tenido ciertas experiencias únicas que pueden afectar fuertemente sus sentimientos en relación con los sucesos subsecuentes en sus vidas.


B) Acepte las limitaciones del accidentado como reales.

Cuando el muslo de un hombre esta destrozado, nadie espera (incluyendo el paciente) que pueda caminar por un tiempo. Cuando la capacidad del hombre para superar sus sentimientos está hecha pedazos, muchos (incluyendo el paciente) se inclinan a esperar que él vuelva a actuar normalmente, casi de inmediato. “Todo está en su mente”, “Deshágase de ello”, “Recupérese”. Tales tipos de consejos no tienen lugar en los primeros auxilios psicológicos, los sentimientos de incompetencia son reales y a menudo incapacitantes; por ello su tarea será ayudarlos a recuperarse tan efectivamente y rápidamente como puedan, esto se consigue aceptando sus limitaciones y ayudándolos a redescubrir rápidamente algunos de los recursos que ellos pueden utilizar de inmediato.


C) Mida las posibilidades del accidentado en forma tan exacta y rápida como sea posible.

Mientras usted se da cuenta de las limitaciones de una persona perturbada, usted estará atento de las habilidades y otros recursos que pueda utilizar y reavivar, una persona muy trastornada puede fácilmente hacerle olvidar que podría ser de verdadera ayuda para usted tanto como para sí mismo y que usted puede ayudarlo a iniciar el camino hacia la reorganización de su mundo. Averigüe con tacto que fue lo que sucedió, permítale responder de su propio modo.
Usted no puede dejarlo divagar interminablemente, ofrecerle un par de minutos en los cuales él pueda hablar libremente de sus propias experiencias le mitigarán notablemente algunos de sus sentimientos de desesperanza e impotencia. Averigüe si el herido se preocupa particularmente de sus familiares o amigos, dele tan honestamente como pueda una información acerca de donde, cuándo y cómo puede él razonablemente esperar tener contacto con aquellos que le son queridos.

Si él está demasiado deprimido para hablar fácilmente una exposición de lo que puede haberle sucedido (basado en su conocimiento general del desastre) puede acrecentar su confianza en usted, hasta el punto de que él pueda hablarle un poco.

Preguntas breves acerca de su ocupación normal pueden darle a usted algunas pistas sobre sus habilidades e interés básico, para muchas personas que están anonadadas emocionalmente el trabajo que pueda hacerse en forma automática y rutinaria podría ser el primer paso que los haga volver hacia la normalidad efectiva.


D) Acepte sus limitaciones al ayudar a otras personas.

No trate de ser todo para las personas, habrá mucho de lo que usted quisiera hacer en un desastre y que está mas allá de sus de sus fuerzas y habilidades. Usted no puede ser de todo para todas las victimas. Consecuentemente, usted debe establecer un orden de prioridades en su pensamiento, acerca de lo que puede permitirse acometer por sí mismo.
Su primera responsabilidad será cualquier trabajo de emergencia que le hayan asignado previamente.
Una razonable y sincera apreciación de sí mismo es parte muy importante de su preparación para prestar primeros auxilios psicológicos. Un trabajador de primeros auxilios físicamente herido puede continuar haciendo un buen trabajo curando las heridas de los accidentados. Pero sí está “emocionalmente herido” tendrá grandes limitaciones para proveer ayuda a otros.

Clasificación de las Victimas en Situaciones de Desastres:
Los autores tratan de aclarar este dilema clasificando a las víctimas en seis ampliar categorías, dependiendo de su relación directa o indirecta con el desastre, de esta manera tenemos los siguientes:
- Víctima de 1° Grado; aquellas que sufren el impacto directo del desastre.

- Victima de 2° Grado; los familiares directos de las de primer grado.

- Victima de 3° Grado; los integrantes de los equipos de primeras respuestas.
- Victima de 4° Grado; la comunidad envuelta en el desastre.
- Victima de 5° Grado; aquellas que se ven implicada por conocer el suceso.
- Victima de 6° Grado; aquellas que no se encontraban en el lugar del impacto del desastre por
motivo de viaje.

Qué hacer y Qué No hacer durante la intervención en crisis:

A) Que hacer:

- Desarrollar el sentido de escucha-responsable. Escuchar atentamente, sintetizando brevemente los      sentimientos del afectado. Hágalo sentir que usted lo entiende y comprende por lo que esta pasando, esto    es la empatía.
- Ser cortés, honesto y transparente; ganarse la confianza y cooperación del afectado.
- Ser realista y objetivo.
- Favorecer la dignidad y libertad para que las víctimas trabajen en sus problemas.
- Favorecer la confianza y seguridad.
- Estar alerta sobre las oportunidades de dar énfasis a las cualidades y fuerzas de la persona.
- Aceptar el derecho de los afectados de sentirse así.
- Realice preguntas saludables y efectivas.
- Pida una retroalimentación para ver si está usted comprendiendo.

B) Reglas del NO:

- No ofrecer algo que no pueda cumplir.
- No le tenga miedo al silencio, ofrezca tiempo para pensar y sentir.
- No se sienta inútil o frustrado. Usted es importante y lo que está haciendo vale la pena.
- No muestre ansiedad ya que ésta puede ser fácilmente transmitida a los afectados.
- No ofrezca respuesta, más bien facilite la reflexión.
- No permita que el enojo u hostilidad de la persona lo afecte.
- No los presione a hablar de Dios, sea comprensivo con las creencias religiosas.
- No tenga miedo de admitir que el afectado necesita más ayuda de la que usted le pueda brindar. Puede referirlo a profesionales especializados (Psicólogos)
- No permita que las personas se concentren únicamente en los aspectos negativos de la situación.
- No muestre demasiada lástima o paternalismo. Tampoco se exprese de manera autoritaria o impositiva.    Busque un punto intermedio entre estas dos posiciones.
- No espere que la victima funcione normalmente de inmediato.
- No confronte a una persona en crisis si este se va asentir amenazado.
- No insista con preguntas más allá del punto en que la persona no desea hablar.
- No trate de interpretar las motivaciones ocultas de un comportamiento.
- No moralice o sermonee.
- No intente progresar demasiado rápido en el proceso de intervención en crisis.
- No considere de manera superficial las amenazas de suicidio u homicidio.
- No aliente a alguien a hacer algo que en realidad no quiere hacer.

Principios técnicos utilizados en los Primeros Auxilios Psicológicos:

- Escucha responsable: escuchar atentamente y cuidadosamente.
- Permitir la libre expresión de la persona, en primer término.
- Transmitir la necesidad de aceptar lo ocurrido, pues ya no se puede modificar.
- En un segundo momento, realizar una conversación limitada y lo mas abierta posible. No excederse
en un “interrogatorio fiscal”.
- Realizar resúmenes periódicos de la exposición de la persona: organización del pensamiento.
- Proveer información.
- Orientar en lo necesario pero evitando los “Consejos Directivos”
- Aceptación de las personas tal y como son, respetando su dignidad y sus derechos.
- Empatía, que significa ponerse en el lugar del otro, comprender lo que le está sucediendo.
- Crear una atmósfera cálida y humana alrededor de la víctima.
- Posibilidad de desarrollar reuniones grupales con diversas personas que pasaron por lo mismo.
- Desarrollo de actividades para el manejo del estrés.

Para poder cconcluir on la informacion brindada, tenemos que tener en cuenta que lo principal es transmitir a la persona que no esta sola, es decir BRINDARLE ESA COMPRENSION Y ESCUCHA que necesita, evitar revictimisar es decir NO MOSTRAR LASTIMA , pues el afectado es uan persona que TIENE CAPACIDADES Y QUE LUEGO DE ESE MOMENTO PUEDE SALIR ADELANTE. 

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS: 
Rivera M., Gary M. Guía practica: “primeros auxilios psicológicos”. Recuperado de : extension.uned.es/archivos_publicos/webex.../adversidadbg2.pdf

viernes, 8 de noviembre de 2013

EQUIPOS DE PRIMERA RESPUESTA

Cuando se habla de un desastre generalmente se habla de las victimas, pérdidas humanas, físicas, etc. Pero muchas veces dejamos de lado a una parte pequeña de la población, son ellos que muchas veces son el apoyo y servidores quienes muchas veces son olvidados por la sociedad y no nos percatamos del daño que pueden vivir al tener el contacto con esa cruda realidad.
SE TRATA DE LOS EQUIPOS DE PRIMERA RESPUESTA
Jeffrey Mitchell (1989) Presidente de la International Critical Stress Foundation, Inc.USA, experto en el tema manifiesta que los trabajadores de emergencias aunque pretendan negarlo también son vulnerables al impacto psicológico negativo del trabajo en desastres. Él manifiesta que el estar expuesto a demandas tales como las labores de triage, la violencia social, el contacto con cadáveres seriamente mutilados, restos humanos esparcidos o calcinados, así como el trabajo en ambientes altamente tóxicos o de gran riesgo para la integridad física, aunado a problemas de tipo organizativo, familiar o interpersonal; van a ejercer un impacto de repercusiones importantes sobre la salud física y mental de los integrantes de los equipos de respuesta” (Valero, 2001).
FUNDAMENTOS
 Valero (2001, p. 5) nos dice que Lifton (1967) fue uno de los primeros investigadores que se dio cuenta del deterioro psicológico que presentaban los miembros de los equipos que ejecutaban operaciones de rescate. Ante ello, observó que dicha población expresaba reacciones emocionales prolongadas, como impresión de la muerte, sentimientos de culpa, sobre todo en aquellos que asistieron a los afectados por el bombardeo atómico en Hiroshima.
Wikinson (1983) halló en las entrevistas que realizó a 102 afectados por un desastre, incluyendo 48 rescatadores y trabajadores administrativos que el 50% de los trabajadores expresaron enfado de los cuales el 20% mostraron enfado generalizado y los restantes a personas específicas vinculadas al desastre (Valero, 2001, p. 6).
El National Institute of Mental Health (NIMH) expresa que la característica típica de las reacciones psicológicas producto de un factor estresante es la presencia de pensamientos desagradables recurrentes e inevitables, los cuales suelen presentarse al momento de dormir o en el caso del olor a la carne de parrilla puede recordarle los restos quemados que tuvo que recuperar (Valero, 2001, p. 6).
En una investigación realizada por Valero en 1996 a ocho meses del accidente aéreo del avión Faucett en Arequipa, se halló que el 62% de los equipos de recuperación de cadáveres manifestaban pensamientos intrusos durante la primera semana, aproximadamente el 98% expresaron que algo cambió en sus vidas y se sentían diferente a como eran antes, un voluntario de 19 años se suicidó meses después (Valero, 2001, p. 7).
EQUIPO DE PRIMERA RESPUESTA
Los equipos de primera respuesta es “el conjunto de personas que integran una determinada organización y prestan sus servicios en los momentos iníciales en situaciones de emergencias o desastres en diferentes funciones de primera línea, como ayuda humanitaria y servicios de salud, y otras labores operativas de campo, como el combate de incendios, el rescate de personas, la atención de heridos, etc.” (OPS, 2006).
De acuerdo con la OPS (2006), el trabajo en situaciones de desastres  y emergencias implica hacer frente a distintas situaciones estresantes, tales como:
§     Largas horas de esfuerzo continuado.
§     Lucha contra el tiempo por salvar vidas.
§     Trabajo en ambientes adversos (estructuras colapsadas, derrames químicos, etc.).
§     Trabajo en condiciones climáticas adversas (lluvias persistentes, réplicas de sismos y otras).
§     Labores pesadas (como remoción de escombros).
§     Presión por tener que trabajar ante la presencia de periodistas.
§     Equipo inadecuado o insuficiente.
§     Alteración en el ritmo diario de vida (como dormir y comer).
§     Labor de triage (procedimiento utilizado para clasificar a los heridos, lesionados y afectados, en el lugar del incidente, según su gravedad y prioridad para la atención y evacuación).
§     Servicios públicos esenciales destruidos.
§     Presión por parte del público por encontrar a sus familiares desaparecidos.
§     Información confusa o contradictoria, rumor o desinformación.
FACTORES DE RIESGO
La OPS (2010, p.26) considera que es necesario tener presente los factores de riesgo que influyen en el desempeño de los equipos de primera respuesta, dado que condicionan la aparición de distintos problemas psicosociales. Entre los factores a tomar en cuenta están:




SEÑALES DE AFECTACIÓN PSICOLÓGICA EN EL PERSONAL DE LOS EQUIPOS DE RESPUESTA
 




INCIDENTE CRÍTICO EN ESTRÉS
Davis Michael (1996, citado por Valero, 2001) lo conceptualiza como “la situación que experimentan los trabajadores de emergencias que enfrentan un trauma repentino y específico como puede ser la falla en la misión, la presencia de excesivo sufrimiento humano, situaciones amenazantes para la integridad física de los equipos de respuesta, la perdida de compañeros de equipo o presenciar su accidente o heridas” (p. 20).
El efecto Tiroxina
Esta hormona que es liberada por la glándula tiroides se presenta particularmente en situaciones en que una persona ha sufrido un incidente crítico o alguna pérdida severa. Los efectos se producen al cabo del segundo o tercer día y permanecen de 6 a 8 días. Los síntomas son:
§     Temblor fino de los músculos.
§     Preocupación, inquietud.
§     Paranoia.
§     Insomnio.
§     Pensamientos acelerados.
§     Aumento de la temperatura interna del cuerpo.
§     Aumento de la secreción de los ácidos gástricos.
§     Aumento de la motilidad gastrointestinal.
El efecto Endorfina
La endorfina actúa haciendo que las personas no perciban el dolor de una herida, la lucha contra un incendio. Ocasiona anhedonia, paralización emocional general, disociación, incapacidad para recordar el evento traumático, la sensación de estar escindido de la vida, etc.
El efecto Corticotrofina
Los cambios producidos por el suceso traumático conllevan a un exceso en la segregación de esta hormona, activando al organismo para estar en alerta ante una emergencia que no existe. Los síntomas que se presentan son: sudoración, miedo, escalofrío, temblor y quizás alguna escena retrospectiva.
Referencias Bibliográficas
§      Valero, S. (2001). Manual para el cuidado de la salud mental de los equipos de primera respuesta. Recuperado de: http://bvpad.indeci.gob.pe/doc/pdf/esp/doc728/doc728-contenido.pdf
§      OPS. (2006). Guía práctica de la salud mental en situaciones de desastres. Recuperado de: http://www.who.int/mental_health/paho_guia_practicade_salud_mental.pdf


Reacciones psicológica en ADULTOS Y ADULTOS MAYORES en situación de DESASTRE

 Recordemos que siempre ante una situación de desastre aquellos que asumen la responsabilidad de todo son los  padres, hermanos, tíos, apoderados o cabeza de familia, la sensación de haberlo perdido todo y ver a tu familia en la nada, el no tener que darle de comer a tus hijos o hermanos, el haber perdido el trabajo, y tener que mostrar una actitud valiente ante los seres que están a tu cargo, puede llegar a ser una situación sumamente critica que repercute mayormente a los adultos. 



En situaciones de catástrofe, suelen presentarse niveles altos de angustia y tensión en los afectados, como el recuerdo imborrable de lo acontecido. Varias investigaciones han dado cuenta de que sólo algunos individuos han llegado a desarrollar problemas más graves o duraderos; es decir, psicopatologías. Es por ello que es necesario determinar cuáles son las llamadas “respuestas normales o esperadas” y cuáles son “psicopatológicas” que requieren de una intervención.
Según la OPS (2002, p. 24), algunas manifestaciones que se presentan en los adultos después de la ocurrencia de desastres son:
*      Nerviosismo, ansiedad.
*      Tristeza y/o llanto.
*      Ideación suicida.
*      Fatiga.
*      Dificultades para dormir y respirar.
*      Confusión para pensar y/ o problemas de concentración.
*      Problemas de memoria.
*      Disminución de la higiene personal.
*      Cambios en los hábitos alimenticios.
*      Culpabilizar a otros.
*      Frustración.
*      Desorientación en tiempo y lugar.
*      Problemas laborales y familiares.
*      Sentimiento de impotencia.
*      Sentimiento de soledad o abandono.
*      Intensa preocupación por otros.
*      Dificultad para retornar al nivel normal de actividad.
*      Inseguridad.
*      Miedo, pánico.
*      Dolores de cabeza, taquicardia.
¿CÓMO PUEDO AUTOAYUDARME COMO ADULTO?
Ø  Buscar compañía y hablar, compartir sentimientos y pensamientos con otros.
Ø  Escuchar y ayudar a otros.
Ø  Permitirse sentirse mal, deprimido o indiferente. 
Ø  Ejecutar ejercicios físicos y de relajación.
Ø  Estructurar el tiempo y mantenerse ocupado.
Ø  Evitar el consumo de sustancias psicoactivas para evadir el dolor o sufrimiento.
Ø  Realizar actividades que le causen bienestar, alegría y le hagan sentires útil y solidario.
Ø  Descansar lo necesario.
Ø  Llevar una dieta alimenticia adecuada.
Ø  Comprender que los sueños y pensamientos recurrentes acerca del evento traumático son normales y deben ser compartidos.
Ø  Tratar de mantener un itinerario de vida lo más normal posible.
¿CÓMO PODEMOS AYUDAR LOS FAMILIARES Y AMIGOS?
Ñ       Escucharlos detenidamente y acompañarlos.
Ñ       Promover ayuda y solidaridad.
Ñ       Fortalecer vínculos entre familiares y amigos.
Ñ       Proveer información suficiente.
Ñ       Fomentar la participación de los afectados en las tareas de la vida cotidiana.
Ñ       Comprender y aceptar el enojo y otros sentimientos de los afectados.
Ñ       Decirles: “Tú no estás solo, cuentas conmigo”.
Y ¿QUE PASA SI TENEMOS UN ADULTO MAYOR EN CASA? ¿CÓMO PUEDE AAFECTARLE UN DESASTRE?
De acuerdo con la OPS (2010), los adultos mayores “pueden ser especialmente vulnerables durante e inmediatamente después de un evento crítico. Es más probable que tengan impedimentos  físicos, vivan solos y carezcan de ayuda y de otros recursos. Pueden tener que afrontar el shock de perder todo lo que habían conseguido en la vida: casa, familia, empleo y seguridad” (p. 22).


Entre las reacciones típicas en los adultos mayores se encuentran (OPS, 2010, p. 23):
·         Aumento de los recuerdos relacionados con el pasado y las amistades, deseo de volver a conectarse con ellos.
·         Mayor dependencia de la familia y rechazo de la asistencia proveniente de las autoridades.
·         Miedo a morir.
·         Visión deprimente del futuro, pues se considera que nada volverá a ser así de maravilloso como lo era antes de la catástrofe.
·         Regresión temporal a un estado previo, que resulta peor.
·         Sentimiento de múltiples pérdidas.
·         Desorientación a causa de la interrupción de la rutina.
·         Utilización de la negación como reacción defensiva normal.
·         Reacción inmediata de miedo, seguida de ira y frustración al no ser capaces de controlar la situación.
·         Dificultades de concentración y comunicación.
·         Reacciones fisiológicas, como trastornos del sueño y del apetito.
Ante la ocurrencia de un desastre, los adultos mayores son los más expuestos a sufrir enfermedades, incluso la muerte. Sobre todo, son más vulnerables  aquellos con discapacidades físicas o psíquicas. Es por ello, que necesitan contar con redes de apoyo para reducir los efectos del estrés y acentuar el bienestar emocional y su pronta recuperación. En estas circunstancias, resulta necesario entender que muchos de ellos se enfrentan no sólo a la pérdida de seres queridos, sino también de sus propias capacidades físicas y de su autonomía (Geriatric Mental Health Foundation, 2009).
¿A QUE RIESGOS ESTAN EXPUESTOS AL SUFRIR ENFERMEDADES?
Según la Geriatric Mental Health Foundation (2009) entre los principlaes cabe mencionar:
ª       Problemas de visión o audición pueden ocasionar lesiones al desplazarse por entornos desconocidos.
ª       Discapacidades físicas y limitaciones en la movilidad pueden impedir o retardar el proceso de evacuación.
ª       Imposibilidad de acceder a medicamentos prescritos o tratamientos para personas con diálisis o quimioterapia.
ª       La ausencia de miembros de la familia o personal de apoyo en sus hogares.
ª       Barreras para recibir ayuda financiera en catástrofes (procesos complejos o renuencia a solicitar ayuda).
ª       Una mudanza forzada puede causar estrés, depresión, acelerando su deterioro o muerte.

¿COMO PODEMOS AYUDAR A MEJORAR LOS MECANISMOS DE AFRONTAMIENTO?
La OPS (2010, p. 24) da a conocer algunas actividades para reforzar los mecanismos de los adultos mayores para enfrentar una catástrofe, siendo estas:
©       Procurar un entorno seguro.
©       Evitar el aislamiento e identificar los vínculos y relaciones estables.
©       Fomentar la calma, enfatizando que sus reacciones son normales.
©       Hablar del evento de forma objetiva.
©       Brindar apoyo y promover la confianza, facilitando el acceso a los servicios de asistencia.
©       Ayudar a mantener el sentido de identidad y contribuir a preservar la cohesión de la comunidad.
©       Brindar oportunidades que promuevan una sensación de continuidad cultural e histórica, considerando las diferencias culturales.
©       Establecer rutinas.
©       Generar oportunidades que permitan que ellos se sientan útiles y valorados
PARA FINALIZAR...
Recordemos que la mejor forma de afrontar estos tipos de desastres es con el apoyo familiar, fortaleciéndonos en ellos, expresando lo que sentimos, apoyando a los más débiles.
¨       El ser adultos no nos hace inmunes al sufrimiento y que es también parte de nuestra vida.
¨       La mejor forma de agradecer a nuestros ancianos por la experiencia y cuidados que nos brindaron en nuestra juventud es protegiéndolos y dándoles seguridad.
REFERENCIAS:
·         OPS. (2002). Protección de la salud mental en situaciones de desastres y emergencias. Recuperado de:http://www.counselingamericas.org/pdf/libros/03_LibroProtecciondelaSaludMental.pdf
·         Geriatric Mental Health Foundation. (2009). Los adultos mayores: preparación y respuesta. Recuperado de: http://www.gmhfonline.org/gmhf/consumer/disaster_prprdns_es.html
·         OPS. (2010). Apoyo psicosocial en emergencias y desastres: Guía para equipos de respuesta. Recuperado de:http://api.ning.com/files/953bHOXu9W1Ahxrrln1TQ3DdRPKZf5-fVggPdk83mW9*cTAvj4onWTDWEweLXYRXsPlACTHwwcQ0EW3RH6aa0pxylSX-8Oqz/APOYOPSICOSOCIALENEMERGENCIASHUMANITARIASYDESASTRES.pdf